Cuando te traes a casa un juego de sábanas nuevo, es tentador echarlo a la cama y ponerse manos a la obra. Pero antes de hacerlo, es posible que desee considerar dándoles un buen lavado. He aquí algunas razones:
Por supuesto, en última instancia, lavar o no la ropa de cama nueva es una decisión personal. Pero si quieres asegurarte la mejor experiencia de sueño posible, dedicar unos minutos más a lavar a fondo tu ropa de cama nueva merece la pena.
No te imaginas lo que te puede pasar si no lavas tus sábanas nuevas.
No, espere, ¡sí que quiere saberlo!
Dormir con sábanas nuevas que no se han lavado es como jugar a los dados con tu salud y tu comodidad. En primer lugar, tu piel es sensible y merece que la mimes con ropa de cama suave y limpia. Si duermes sobre sábanas sin lavar, te estás exponiendo a un montón de cosas asquerosas. ¿Conoces esas sensaciones de rigidez y picor que tienes cuando te deslizas en unas sábanas nuevas? Pues se debe a los restos químicos que quedan del proceso de producción. No sólo son incómodos, sino que también pueden provocar irritaciones y erupciones cutáneas.
Pero espera, ¡hay más!
Si no lavas tus sábanas nuevas, también podrías exponerte a todo tipo de cosas desagradables como bacterias, gérmenes e incluso chinches. Sí, has leído bien. Las chinches no sólo son asquerosas, sino que también pueden provocar reacciones alérgicas e irritaciones cutáneas.
Y no nos olvidemos de reducir la estática. Si no lavas tus sábanas nuevas, te despertarás con pelos por todas partes. Así que seamos inteligentes y mantengamos nuestra ropa de cama limpia y fresca.
Por lo tanto, no seas perezoso - LAVA TU ROPA DE CAMA.
Lavar ropa de cama nueva no tiene por qué ser una tarea pesada, y hacerlo bien puede ayudarte a sacar el máximo partido a tu ropa de cama de calidad.
Empieza por comprobar la etiqueta de cuidado para asegurarte de que lavas las sábanas correctamente. Por lo general, lo mejor es lavar las sábanas blancas con agua caliente y las de color con agua fría. Añade un poco de bicarbonato de sodio al ciclo de lavado para ayudar a descomponer las sustancias químicas que puedan quedar en el tejido. No olvides echar una hoja de secadora para que tus sábanas queden suaves y se reduzca la electricidad estática.
Al secar las sábanas, séquelos en secadora a baja temperatura para evitar que encojan y dañen el tejido. Y evite utilizar suavizante, ya que puede dejar residuos en las sábanas y reducir su capacidad de absorción.
Con estos consejos, tendrás una ropa de cama fresca, limpia y muy suave en la que estarás deseando acurrucarte.
En conclusión, es imprescindible lavar la ropa de cama nueva antes de usarla.
Nunca se sabe qué productos químicos y residuos pueden estar al acecho en las sábanas, y ¿por qué arriesgarse a que la piel se irrite o a dormir incómodo?
Siguiendo las instrucciones de la etiqueta de cuidado y utilizando agua caliente o fría, bicarbonato sódico y una hoja de secadora, puedes asegurarte de que tu ropa de cama esté bien limpia y lista para usar. No lo olvides, una ropa de cama de calidad merece un cuidado de calidadUn poco de esfuerzo extra ayuda mucho a mantener las sábanas suaves y cómodas.
Así que, la próxima vez que sientas la tentación de ponerte esas sábanas blancas recién sacadas del envoltorio, recuerda la regla de oro: lávate siempre antes de dormir
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