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la imagen de una mujer asustada por las pesadillas

Pesadillas: Ciencia y psicología

Aunque podemos encontrar fácilmente una explicación médica a la necesidad de dormir, aún no podemos explicar con la misma certeza la necesidad de soñar. Los científicos e investigadores de los campos de la psicología, la neurología y la medicina siguen esforzándose por dar una respuesta segura a la pregunta: ¿Son necesarios los sueños?

Conocemos las múltiples teorías sobre los efectos beneficiosos de los sueños en nuestra salud general, pero seguimos perplejos ante la pregunta ¿son los sueños producto de los mecanismos de afrontamiento necesarios de nuestro cerebro? Empezar nuestro debate con estas preguntas es crucial para definir y comprender mejor las pesadillas. ¿Son las pesadillas un simple malestar o tienen algún propósito vital para nuestra salud mental? ¿Puede su comprensión arrojar más luz sobre nuestro tipo de personalidad o nuestras habilidades mentales? Empecemos por dar una definición más precisa del fenómeno.

Índice

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¿Cómo definimos las pesadillas?

Empezaremos con una definición modesta: las pesadillas representan un tipo de sueños. Esta afirmación nos permite distinguir las pesadillas de los terrores nocturnos o de cualquier otro trastorno del sueño que no se produzca necesariamente durante la fase REM. Las investigaciones modernas han demostrado que los diferentes tipos de trastornos del sueño no guardan relación con la fase REM, por lo que su naturaleza, causa y manifestaciones varían mucho de la actividad cerebral durante la fase REM.
Los neurólogos han aislado y estudiado la actividad cerebral característica que se produce durante la fase del sueño. De este modo, los neurólogos pueden reconocer los momentos de inicio y final del sueño mediante la monitorización de la actividad cerebral. Estas investigaciones muestran que, aparte de la sensación general de desagrado, las pesadillas y otros trastornos del sueño, como los terrores nocturnos, muestran poca o ninguna correlación. Esto nos lleva a la conclusión de que las pesadillas, incluso los tipos que pueden reconocerse como trastornos del sueño, tienen mucho más en común con los sueños agradables que con los terrores nocturnos. Así pues, centrémonos en la distinción entre sueños agradables y pesadillas.
gráficos vectoriales de pesadilla

Diferencias

La forma narrativa de los sueños puede indicar momentáneamente una fuerte conexión entre el sueño y nuestras capacidades cognitivas. En sueños podemos recordar experiencias pasadas reales, reaccionar ante la nueva información de forma similar a como lo haríamos en vigilia y sacar conclusiones lógicas sobre distintas situaciones. Los diálogos en sueños pueden parecerse a la comunicación en la vida real. Esto demuestra que nuestra mente soñadora no carece de control sobre el pensamiento lógico y las capacidades de procesamiento del lenguaje.

Los estudios neurológicos han demostrado que las partes de nuestro cerebro responsables de nuestra capacidad para procesar y memorizar información están muy activas durante la fase REM, aunque de forma diferente a su actividad durante la vigilia. La conclusión es que la mente soñadora dispone de información, conocimientos y experiencias diferentes de los que acumula durante la vigilia. Pero la pregunta más interesante es: ¿cómo utiliza y manipula estos materiales la mente soñadora?

Analizando detenidamente los efectos que la trama de los sueños tiene sobre el soñador, los psicólogos han llegado a conclusiones alucinantes. La distinción más importante entre soñar y los distintos procesos cognitivos es que los sueños manifiestan un fuerte efecto persuasivo en la mente de una persona. Los sueños tienen tendencia a desplegar su argumento viviendo su creador ajeno al hecho de que no son la realidad. Nuestras mentes son capaces de crear escenarios y experiencias imaginativas voluntarias en nuestros pensamientos. Los sueños, sin embargo, se realizan como fenómenos involuntarios. Esto también se aplica a los sueños lúcidos. Incluso si un soñador es capaz de darse cuenta de que está soñando, el estado mental sigue siendo inducido por el inventario.

una imagen de una mujer en una cama asustada por las pesadillas

Sentimientos negativos

Las pesadillas, como forma de soñar, se distinguen por ser sucesos del sueño que provocan temporalmente un estado de miedo, ansiedad, estrés o paranoia. Los argumentos de las pesadillas pueden variar, por lo que no son un factor fiable para definirlas. Para algunas personas, una determinada figura, animal, acción o afirmación que aparece durante el sueño puede provocar una fuerte sensación de miedo. Al mismo tiempo, para otras personas la misma aparición no tendría consecuencias tan perturbadoras. Los psicólogos han observado que hay algunos escenarios de pesadillas que son comunes para un gran número de personas. Incluso en estos tipos de escenarios de pesadillas los psicólogos podrían aislar fácilmente muchas diferencias con respecto a varios detalles que variarían de un soñador a otro.

Pesadillas comunes

Tomemos como ejemplo la pesadilla habitual en la que alguien te persigue. Algunas personas dirían que su pesadilla no ofrece ninguna explicación sobre el sujeto que les persigue. Otras dirían que sabían quién o qué les perseguía, pero ofrecerían una descripción diferente del perseguidor. También podrían ofrecer una descripción completamente diferente del entorno o de los sonidos en la pesadilla.

Resulta obvio que el contenido de las pesadillas no ofrece una solución para definirlas. En lugar del contenido, deberíamos centrarnos más en las consecuencias negativas que inducen. Así, la forma más eficaz de definir las pesadillas es analizando el efecto que tienen sobre los sentimientos, el comportamiento o incluso los cambios fisiológicos.

Dado que la naturaleza del contenido de las pesadillas tiene poco que ver para distinguirlas de otros tipos de sueños, nos centraremos más en sus consecuencias. Una persona puede experimentar fuertes sentimientos de ansiedad o miedo momentos después de despertarse de una pesadilla. Muchas personas pueden comprobar que la sensación que experimentan después de despertarse se parece mucho a la que experimentaron en la pesadilla.

un hombre cayendo en su pesadilla

Efectos de las pesadillas

Las pesadillas pueden acelerar el ritmo cardíaco y provocar otros cambios fisiológicos. Se parecen a los inducidos por el estado de miedo durante la vigilia. Sentir miedo o ansiedad durante una pesadilla es completamente normal. Sobre todo, no indica en modo alguno que padezcas un trastorno del sueño.

El punto crucial en el que los psicólogos empiezan a diagnosticar una pesadilla como un problema grave es cuando su efecto empieza a prolongarse profundamente en el estado de vigilia. Este problema se da entre algunas personas que tienen tendencia a despertarse en mitad de la pesadilla y siguen experimentando las emociones que tuvieron durante la pesadilla. Para algunas personas las emociones negativas causadas por una pesadilla pueden permanecer presentes durante horas o un día entero. Estas emociones pueden incluso empezar a influir en el comportamiento social de la persona. En estos casos, podemos definir las pesadillas como un tipo de trastorno.

Caso de pesadillas - factor de control

Durante diferentes estudios psicológicos sobre pesadillas, los participantes han descrito diversos escenarios que representaban lo que para ellos era la experiencia de pesadilla más conflictiva o perturbadora. Algunos de los participantes pudieron identificar el vínculo entre el argumento de sus pesadillas y sus fobias, miedos o ansiedades que experimentan en su mente despierta y consciente. Para otros, este vínculo no existiría, no podrían reconocer ninguna correlación entre la causa de su miedo en las pesadillas y una experiencia similar o coincidente en su vida real.

Dado que el factor de lo placentero se convierte en la principal diferencia entre los sueños y las pesadillas, podemos preguntarnos ahora cómo podemos hacer una definición general de lo placentero, aunque lo placentero para una persona no signifique lo mismo para la siguiente. Al igual que en nuestra definición entre sueños e imaginación o soñar despierto, el factor de control se erige como una distinción clave.

Durante un sueño placentero, el soñador no siente que la experiencia se le escapa de las manos, mientras que durante la pesadilla sí. Por eso muchos psicólogos ven en la práctica del sueño lúcido un tratamiento para las pesadillas. Pero, ¿qué significa este factor de control para nuestra comprensión de las causas de las pesadillas?

Aunque las distintas escuelas de psicología ofrecen respuestas diferentes a la cuestión del significado de las pesadillas y utilizan distintos enfoques para interpretarlas, coinciden en una cosa: las pesadillas utilizan el "material" de nuestra mente despierta. La cuestión es cómo lo utilizan.

Prueba de instinto de supervivencia

Hay una teoría que sugiere que las pesadillas son una forma que tiene nuestro cerebro de mejorar nuestras habilidades de supervivencia. Sabemos que muchos científicos creen que los procesos cognitivos del cerebro despierto continúan en el cerebro dormido. De este modo, algunos sueños pueden ser el método de nuestro cerebro para comprender los conocimientos adquiridos y la información recopilada. Pero este procesamiento de la información no se manifiesta como un proceso cognitivo de la mente despierta, de ahí la naturaleza desconcertante de los sueños.

Si algunos tipos de pesadillas pueden entenderse de la misma manera, eso significaría que nuestro cerebro sólo intenta procesar información que nuestra mente despierta no logró procesar, lo que tiene consecuencias emocionales perturbadoras. Ésta podría ser la explicación de por qué la gente tiende a recordar sus pesadillas más vívidamente que sus sueños placenteros. Nuestra mente está conmocionada por una situación potencial que no ha podido resolver.

la imagen de un rostro en una pesadilla

Tratar los problemas

La medicina entiende el sueño como la forma que tiene nuestro cuerpo de recuperar y mejorar sus funciones fisiológicas, y algunos psicólogos creen que los sueños son también un tipo de mejora o recuperación mental. En cierto modo, las pesadillas también pueden estudiarse dentro de estas pautas. Pueden representar el fracaso de nuestra mente a la hora de hacer frente a cierta información. De este modo, nuestra mente conecta con las imágenes desagradables como método para identificar el problema. Sabemos que las personas comprenden la información por un principio de similitud y asociación. Nuestra mente soñadora también puede utilizar el mismo principio.

También es importante para comprender la lógica del sueño la idea de que nuestra mente necesita establecer vínculos lógicos, relaciones, y crear así una forma comprensible. Sabemos que la psicología de la gestalt nos ofrece teorías sobre este fenómeno. Puesto que necesitamos una forma comprensible en nuestra mente despierta, es posible que también la necesitemos en nuestra mente dormida.

Volvamos ahora al factor de control en el sueño. La sensación de perder el control sobre la situación en una pesadilla se correlaciona con la idea de que las pesadillas son una manifestación de experiencias, emociones o recuerdos no procesados. Nos falta una forma completa, sana y comprensible, por lo que nuestra mente empieza a crear una forma perturbadora, poco clara y, por tanto, aterradora. Lo que no se procesa o no se comprende empieza a producir miedo y malestar. Las pesadillas son mucho más comunes entre los niños que entre los adultos, lo que puede explicarse por el factor de control. Los niños se enfrentan a mucha más información incomprensible que los adultos, lo que se traduce en pesadillas más frecuentes.

Enfoque individual de las causas de pesadilla

El primer paso para identificar la causa de las pesadillas debe consistir en comprender en qué parte de la vida se encuentra la sensación de falta de control. Las personas que experimentan un suceso traumático que escapa a su control suelen sufrir un periodo de pesadillas frecuentes. Las investigaciones psicológicas han demostrado una fuerte correlación entre el TEPT y las pesadillas. Aunque en estos casos la relación entre el factor de control y el trauma de la vida real puede parecer más evidente, podemos identificar esta relación incluso con personas que no sufren TEPT.

Estrés extremo

Además de sucesos estresantes específicos como la pérdida de un ser querido, un trabajo, una lesión, una enfermedad o un cambio de entorno, el estado de ánimo general que puede carecer de un suceso negativo específico también puede provocar pesadillas. Esto abre una puerta al estudio de la correlación entre los trastornos de la personalidad y las pesadillas. Si una persona debido a su trastorno de personalidad experimenta dificultades en las relaciones sociales, esta persona puede revivir esas dificultades a través de una pesadilla. En casos como éste, las personas con un determinado trastorno de la personalidad pueden sufrir graves problemas de pesadillas. A través de sus sueños, estas personas pueden experimentar un reflejo perturbador y estresante de sus luchas en la vida real.

la imagen de un hombre enfrentándose a una pesadilla

La psicología afirma que existe un vínculo entre el comportamiento autodestructivo y las pesadillas. Aunque este vínculo se menciona a menudo, sigue sin estar claro si las pesadillas inducen el deseo de autolesionarse o es al revés. Dado que podemos reconocer ese tipo de deseo hacia la conducta autodestructiva como un intento agresivo y a menudo desesperado de recuperar el control, podemos entender las pesadillas como un fenómeno ambiguo. Ambos son inducidos por pensamientos negativos, y si no se resuelven, los empeoran al mismo tiempo.

Tratamiento de pesadilla

El estrés emocional de diversos tipos puede provocar pesadillas. El tratamiento de las pesadillas debe empezar por comprender la causa del estrés emocional. Sin embargo, el método de tratamiento varía en función de la gravedad del problema con las pesadillas. Si la experiencia de las pesadillas comienza a influir e interferir con la vida de uno, que debe ser un signo grave. De lo contrario, si el malestar causado por las pesadillas no influye más que en el estado de ánimo temporal del soñador, no pasa nada. Si el soñador no lo reconoce como algo especialmente perturbador, entonces unas sencillas pautas hacia la autorecuperación pueden ser la solución al problema.

Identificación de problemas

Si experimenta pesadillas perturbadoras o repetitivas, debe intentar identificar las fuentes de su estrés emocional. Tratar ciertos trastornos de la personalidad o traumas emocionales puede redundar al mismo tiempo en la mejora de la experiencia onírica. Descifrar una pesadilla es un proceso individual para cada persona. Deberías preguntarte si la acción que es la principal fuente de miedo en tu pesadilla se parece a algo de tu vida real. ¿Te recuerda a algo?

Muchas personas no pueden asociar la acción de un sueño con algo de su vida real. Esto se debe a que nuestra mente soñadora puede interpretar experiencias reales de formas inesperadas. La lógica del sueño suele ser la interpretación de una especie de metáfora de impresiones, experiencias o interacciones conocidas. Deberías utilizar este método de análisis sobre todo si sufres pesadillas recurrentes.

Las pesadillas recurrentes no tienen por qué representar necesariamente un único problema emocional sin resolver, sino también varios problemas. Si tu mente reconoce un tipo de pesadilla como una advertencia exitosa, puede volver a utilizarla. También puede significar que tu mente ha identificado un problema similar al que ya has resuelto. Las pesadillas recurrentes pueden entenderse como un proceso de asociación en tu vocabulario onírico. Si este es tu caso, puedes preguntarte ¿a qué se debe la metáfora de la acción perturbadora de una pesadilla? Se trata de un enfoque puramente psicológico del problema.

Principales causas

Desde el punto de vista médico y neurológico, las pesadillas pueden estar relacionadas con diversos factores que influyen negativamente en nuestro ritmo metabólico. Aumentar nuestro metabolismo antes de irnos a la cama puede provocar una experiencia onírica perturbadora. Diversos cambios en nuestros hábitos de sueño o en nuestro ritmo biológico pueden tener el mismo efecto. Esto significa que simplemente poniendo en orden tu rutina puedes mejorar tu experiencia onírica. Evite comer antes de dormirNo consuma bebidas con cafeína e intente hacer ejercicio con regularidad. La actividad física moderada tiene numerosos factores beneficiosos para su salud en general. La actividad física también afecta a su salud mental y disminuye la frecuencia de las pesadillas.
Existen algunos indicadores de que las pesadillas pueden ser inducidas por experiencias físicas negativas durante el sueño. Nuestra mente no tiene por qué producir una pesadilla estableciendo un vínculo entre el estrés emocional y el vocabulario onírico. El vínculo también puede establecerse entre el estrés físico y las imágenes oníricas. Mantenga un entorno lo más agradable posible para dormir. Controle la temperatura de la habitación y la comodidad de la superficie para dormir. Otros factores físicos que pueden provocar pesadillas son:

Si tiene dificultades para resolver el problema de sus pesadillas, pruebe con un enfoque psicológico y médico para alcanzar su objetivo. Practique el descifrado de sueños y mejore su salud física al mismo tiempo. Tenga en cuenta que el estrés emocional y los problemas físicos también van de la mano.

Factor beneficiario de las pesadillas

Aunque podemos entender el sueño como un proceso de adaptación de la mente, seguimos sin poder dar una respuesta a la pregunta: ¿Son necesarios los sueños o las pesadillas? Un experimento demostró que las ratas privadas de la fase REM morían al cabo de poco tiempo. Sin embargo, ni siquiera esto ofrece una respuesta directa a nuestra pregunta anterior. ¿Murieron las ratas debido a su ciclo de sueño irregular? ¿Es la fase REM de vital importancia, pero no las imágenes oníricas? Y lo que es más importante, ¿este efecto de la privación de la fase REM sólo se produce entre las ratas? Quizá no tenga nada que ver con la reacción de los humanos.

la imagen de una mujer feliz

Reflexiones finales

Sea como fuere, si estás experimentando un problema creciente de pesadillas deberías intentar identificar su causa. Una experiencia onírica desagradable puede apuntar a problemas de la vida real que has estado pasando por alto. Puede que algún cambio en tu vida te provoque más estrés emocional del que crees. Debido a un estilo de vida agitado, la gente tiende a descuidar los efectos de algunas experiencias negativas. Las pesadillas pueden ser la forma que tiene la mente de recordarle a la persona que algunos sucesos exigen más atención de la que tienen. Igual que un dolor físico puede indicar una enfermedad, las pesadillas también pueden ser un tipo de advertencia. Por eso no debes entender tus pesadillas como un fenómeno completamente negativo.

Puede que tu mente esté utilizando las pesadillas como un intento de llamar tu atención sobre algún asunto. Nuestro cuerpo y nuestra mente se esfuerzan instintivamente por ser positivos. De este modo, un estado negativo, desagradable, tanto físico como mental, puede ser una alarma, una llamada de auxilio. Nuestro cuerpo o nuestra mente no producen estados negativos sin motivo. Inducir un dolor emocional a través de una pesadilla puede ser la forma que tiene la mente de llamar tu atención.

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