Lo más probable es que ya lo sepa. Puede determinarlo simplemente observando sus niveles de productividad durante el día. Si no se siente motivado, con energía, tiene dificultades para despertarse temprano y acostarse antes, lo más probable es que sea un búho nocturno. Los búhos nocturnos tienen su pico de creatividad por la tarde. Los madrugadores, en cambio, se levantan con más facilidad y pueden trabajar desde el principio, con eficacia. Sin embargo, por la tarde es cuando el pico baja y muchos de esos madrugadores empiezan a sentirse con menos energía e incluso pueden tomarse un siesta por la tarde para ponerse en marcha.
Las probabilidades de que seas madrugador o noctámbulo no son sólo sociales y ambientales: también entran en juego factores genéticos. Muchos de nuestros antiguos antepasados tenían que vigilar a los más jóvenes, protegiendo a la tribu de animales salvajes o ataques. Esto hace que los descendientes, o mejor dicho, nosotros, seamos más propensos a sentir picos de energía cuando se pone el sol. Va en ambos sentidos: la principal diferencia es, por supuesto, la hora del día en la que nos sentimos más productivos.
El ejemplo más frecuente de madrugadores frente a noctámbulos es el de los adolescentes y los adultos. Los adolescentes atraviesan cambios hormonales, crecen, se definen como personas y todo ello puede contribuir a que se conviertan en noctámbulos. No ayuda que se queden despiertos hasta altas horas de la madrugada jugando, viendo series, enviando mensajes de texto o saliendo con los amigos. Sin embargo, eso no significa que todos los adolescentes vayan a seguir siendo noctámbulos cuando crezcan.
Lo mismo ocurre con los adultos: muchos de nosotros tenemos trabajos de 9 a 5 y prácticamente no tenemos más remedio que convertirnos en madrugadores. Sin embargo, puede que observe que muchos adultos rinden de maravilla en sus trabajos por la mañana, mientras que otros sobresalen después de la pausa para comer. Existe el estigma de que los noctámbulos rinden menos, pero lo cierto es que pueden trabajar con la misma eficacia que los madrugadores, sólo que a una hora diferente.
El jetlag social es un término creado por investigadores que realizaron experimentos con madrugadores y noctámbulos. Se debe a que los noctámbulos están en desventaja porque la sociedad moderna realiza la mayoría de sus actividades sociales y laborales entre las 9 de la mañana y las 5 de la tarde. Muchos búhos nocturnos se privan de sueño para cumplir con la expectativa de realizar esas obligaciones en ese intervalo de tiempo. Esto es especialmente duro, porque es el momento en el que los búhos nocturnos son menos productivos. Teniendo esto en cuenta, no es de extrañar que los estudiantes que son noctámbulos tengan notas más bajas.
Como hemos mencionado, no hay diferencias en la capacidad de rendimiento en ambos tipos. Aunque a algunos les resulte beneficioso ser productivos en las conservadoras horas de trabajo, no significa que sea malo que alguien rinda más al anochecer. En cuanto a la inteligencia y la salud, las investigaciones concluyen que tampoco hay diferencias entre los madrugadores y los noctámbulos.
Por término medio, los búhos nocturnos se inclinan ligeramente por la resolución de problemas y las capacidades cognitivas. Este hecho está directamente relacionado con la genética. Nuestros antepasados tenían que ser asertivos, dominantes y estar preparados para afrontar el peligro, lo que hacía que su tiempo de reacción fuera más corto y eficaz. Así que, si hay una emergencia, puedes apostar a que un búho nocturno reaccionará más rápido.
Esto se debe al hecho de que los noctámbulos sufren el mencionado jet lag. Los madrugadores tienden a adaptarse a las normas sociales y a los horarios diurnos. Por lo tanto, suelen estar más satisfechos con los resultados que aportan y se sienten más realizados.
Aunque pueda parecer que son más propensos a comportamientos de riesgo, no es así. Los búhos nocturnos son simplemente más asertivos y actúan con rapidez. Sin embargo, una investigación descubrió que los búhos nocturnos fuman más y beben alcohol con más frecuencia que los matutinos.
Esto todavía no se ha demostrado. Sin embargo, en caso de que necesites prepararte para una gran oportunidad laboral o tengas que esforzarte más para ese examen, puede que tengas que trabajar para crear un horario de sueño diferente. Aunque puedes cambiar por completo tu horario de sueño, no es garantía de que te vayas a levantar alegre cada mañana (o cada tarde).
No hay diferencias cruciales entre ser un búho nocturno o un pájaro madrugador. Ambos tienen sus pros y sus contras, y lo más importante es cuidar la salud. No importa cuando a dormir, siempre que descanse lo suficiente. Descansar bien es mucho más que dormirse a la hora adecuada.
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